miércoles, 24 de octubre de 2012

STOP


Un comunicador social no debería dejarse manipular de las empresas más grandes de comunicación. El trabajo de un comunicador social es ser imparcial y objetivo en cuanto a una noticia. Nos estamos enfrentando a un público que hoy en día no es tan ignorante, que sabe de sus derechos y de cómo defenderlos. Sin embargo, la corrupción y la escasa realidad que nos muestran los diferentes medios informativos es abundante. Un claro ejemplo son las noticias RCN, del señor Carlos Ardilla Lulle, quien apoyaba totalmente a Álvaro Uribe  durante su presidencia, y esto se debe a relaciones afectivas que había entre estos dos señores. Sin embargo, por otra parte las noticias  Caracol, del señor Julio Mario Santo Domingo, este hombre no tenía ningún vínculo afectivo con Álvaro Uribe por tanto sus compañías comunicativas eran un poco más certeras y realistas en cuanto al gobierno de este presidente. Otro ejemplo claro es el del periódico El Tiempo, del señor Luis Carlos Sarmiento Ángulo, este hombre es el dueño de diferentes bancos como lo son banco AV Villas, banco de Bogotá, banco de Occidente, banco Popular; es por eso que nunca en este periódico El Tiempo encontraríamos algún escándalo financiero de alguno de estos bancos, los periodistas preferían guardarse cierta información que no podían reflejar en las noticias de este medio.
En las comunicaciones que recibimos a veces nos muestran realidades que por lo general no son ciertas, pero que nosotros como televidentes creemos que lo son, desafortunadamente nuestros medios vistos nos engañan haciéndonos creer lo contrario.
Los comunicadores contamos con un compromiso indispensable en nuestra sociedad: debemos expresarnos y desarrollar nuestros campos de acción hacia todo tipo de público ya que nos encontramos en un país multicultural. No debemos centrarnos únicamente en la sociedad urbana que es la que abarca la mayor parte de los medios de comunicación de nuestra sociedad actual.

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